Espiritual: Nos apoya en el caso de reorientación espiritual. Ayuda a establecer nuevos objetivos y favorece el inicio de una acción. Favorece la equidad.
Anímico: Nos concientiza de nuestras propias capacidades. Refuerza el sentimiento de autoestima y estimula el equilibrio interno, la paciencia y el sentido del momento oportuno.
Mental: Ayuda a saber cuándo y cómo nos podemos desviar de nuestros verdaderos fines. Esto facilita volver a corregir el propio rumbo.
Físico: Estimula las funciones hepáticas y renales, además de todos los procesos de síntesis y crecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario